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12 minutos de lectura
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Al terminar el colegio las dudas pueden ser abrumadoras. En esta conversación de dos amigos podrás hacerte una idea de las ventajas y desventajas de estudiar en el exterior, cuáles son los pasos a seguir si lo que quieres es irte del país y qué debes tener en cuenta.

David, mi mejor amigo, está al otro lado de la pantalla. Estamos en una video llamada tratando de paliar las horas que parecen iguales en estos días de pandemia. A diferencia de mí, su opción de irse de Colombia a estudiar un pregrado se presentó casi que como única opción.

—Yo convencí a mi papá de que daba lo mismo estudiar en Argentina que acá.

—sigue diciendo mientras mira el computador y no para de trabajar —En ese momento sí era un poco así porque acá el dólar estaba bajito de precio y allá muy alto. Cuando salí del colegio no encontré una posibilidad que me encantara por completo. Quería estudiar periodismo, pero ninguna facultad me gustaba.


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Estudiar en el extranjero se posiciona cada vez más como una de las primeras posibilidades que tienen los jóvenes al salir del colegio. Y es entendible, alto rendimiento deportivo, pertenecer a una minoría étnica y la demostración de dificultad en los pagos son temas que llevan a la obtención de becas dentro y fuera del país. Lo importante es averiguar primero.

—A mí me parecía que solo los ricos podían estudiar en el exterior. Cuando logré tramitar el crédito para estudiar en Rionegro, Antioquia, me di cuenta de que existían cientos de becas o ayudas parciales para estudiar en el extranjero, en todas las áreas y casi que en todos los países. Uno tenía más oportunidades cuánto más joven fuera.


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—Sí, yo sé, Camila. Yo creo que a la mayoría de jóvenes nos hizo falta una voz que nos dijera: tómate el tiempo de pensar qué quieres. Hay cientos de sitios webs donde puedes averiguar becas, experiencias, ayudas. No hay afán.

—¿Por qué terminó estudiando cine, David?

—Como le dije, sentí que no había lugar donde quisiera estudiar periodismo y encontré en el cine una opción que me gustaba mucho. Entonces dije, “bueno, vamos a buscar afuera qué oportunidades hay” y apareció esta de estudiar cine como carrera universitaria, en otro país. En Argentina.

David estudió toda la escuela y el bachillerato en un colegio católico, de varones y privado. Eso, por supuesto, marcó su forma de ver el mundo y de relacionarse con él. En medio de las restricciones y la torpeza social con la que se graduó pudo decidir estar en un lugar donde podía hacer lo que quisiera.

—Si me pregunta sobre las ventajas de estudiar en el exterior le diría, como todos, que la libertad es una de ellas. Poder tomar, salir, hacer lo que quisiera hasta la hora que yo quisiera. Pero, todo eso al final se fue desvaneciendo, no creo que me haya durado más de un año, me di cuenta de que acá todos estaban esforzándose porque yo estuviera bien y yo estaba fumándome todo el porro de Buenos Aires.

Nos reímos.


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A pesar de todas las ayudas económicas que uno reciba cuando entra a la universidad, cuando estudias en el extranjero y, en muchos casos también acá, es casi imprescindible conseguir un trabajo. Al menos uno que solvente gastos básicos de papelería y manutención: pasajes, comida dentro de la u, urgencias, fotocopias. Aunque la carga se hace mucho más pesada, la responsabilidad con el dinero es mejor aprenderla de joven, además, es la edad perfecta para pedirle al cuerpo esforzarse.

—Llegó un momento donde mi papá me dijo que no podía seguir ayudándome con todo, entonces trabajé repartiendo volantes de restaurantes: terminaba la universidad y me iba a trabajar, un poco más adelante en la carrera edité videos de quince años, de matrimonios y esas vainas. Hubo meses en los que me veía corto y desde acá me mandaban algo, pero yo sabía que podía conseguir el resto que me hiciera falta. Mi papá me ayudó mucho pagando la universidad, pero mi vida allá fue mi responsabilidad. Vivir era más caro que el semestre universitario.

A diferencia de lo que muchos piensan, aunque en muchos países la educación superior es gratuita las variantes de manutención son gastos que pueden superar el costo de la universidad. Por eso, como dice David, es casi que una obligación tener un trabajo extra. Para esto también hay muchas becas que ofrecen una mensualidad para salud o vivienda o créditos educativos con características especiales que podrían acomodarse a tu vida fuera del país. Lo primero que tienes que hacer, por su puesto, es consultar en Google las becas o préstamos educativos en el país que quieres, luego en el área de tu interés y al final, en el tipo de ayuda económica que necesitas. Se trata de cerrar el embudo de la búsqueda para que sea más preciso.

—Vivir solo me ayudó a entender muchas cosas: estar pendiente de mis necesidades y deberes, saber que si no lavaba la losa iba a tener tres vainas más que hacer al otro día o que, si me gastaba toda la plata en rumba, luego no iba a tener para comer. Todas eso acá estaba resuelto porque yo sé que así llegara borracho, vuelto mierda, cascado, en mi casa nunca me iba a faltar la comida.

—Pero, qué, todo fue increíble pues.

—No. Cuando uno se va a uno le venden la idea de encontrar un mundo multicultural en el que uno se va a poder integrar, y a veces sí y a veces no. A mí me costó mucho integrarme a esa comunidad de estudiantes argentinos. Me costó mucho. Por una parte, había personas que no veían a los colombianos con buena cara, lo que me pasó es que yo era muy inseguro, entonces esa combinación fue mortal: los que se creían superiores y uno echando para abajo. El mundo a veces no es eso de “voy a conseguir inmediatamente amigos extranjeros”, no. Puede ser un proceso muy largo.

David regresó después de cinco años. Lo trajo la idea de estar cerca de la familia y también la ilusión de que en Colombia se estaban haciendo cosas importantes en el sector que a él le interesaba: “Fue una combinación de todo: entre no encontrar oportunidades laborales allá, querer ver a la familia y creer que acá se estaban abriendo puertas en lo que yo quería”.

—¿Se arrepiente de haber regresado?

—Muchas veces. Y usted, ¿se arrepiente de no haberse ido?

—Muchas veces.


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La conversación entre David y yo intenta crear un escenario donde puedas ver a través de dos amigos las variantes de estudiar dentro o fuera del país. Estudiar en el extranjero te dará herramientas como el aprendizaje de una segunda lengua o la responsabilidad de mantenerte por ti mismo. Dedícate en la búsqueda de opciones, navega diferentes páginas donde puedas decidir qué tipo de ayudas financieras se acomodan a tu perfil: becas completas, becas de manutención, créditos de matrícula, créditos integrales. Revisa las condiciones, los tiempos de pago. Sufi podría ser la opción que estás buscando, tómate el tiempo para navegar su página, leer sus artículos y hablar con sus asesores. Entre más información tengas, podrás decidir con mayor tranquilidad.

Esta nota fue producida por VICE


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